martes, 27 de diciembre de 2011

Jan Saudek



Fragmento

Vasili Grossman




Constantemente he pensado en el desastre que se ha realizado en mi vida de escritor y en la trágica suerte de mi libro.
Sin rodeos quiero hacerle partícipe de mis pensamientos. En primer lugar tengo que decirle lo siguiente: he llegado a la conclusión de que mi libro no contiene mentiras. He escrito lo que consideraba y sigo considerando como la verdad, y sólo he descrito lo que he meditado, sentido y vivido.
Mi libro no es un libro político. En cuanto me lo permitieron mis limitadas capacidades, he hablado de seres humanos, sobre sus tristezas, sus alegrías, sus errores y su muerte. He escrito sobre amor para con los hombres y compasión con los hombres.
En mi libro hay páginas amargas y tristes que tratan de nuestro pasado reciente y de acontecimientos de la guerra. Tal vez sea difícil leer estas páginas. Créeme, fue difícil también escribirlas. No pude hacerlo de otro modo.
Su discurso en el XXII Congreso del Partido ha echado una fuerte luz nueva sobre los trágicos errores que bajo el gobierno de Stalin han sido cometidos en nuestro país y me ha fortalecido en la convicción de que Vida y destino no está en contradicción con la verdad que usted ha hablado, que ya ahora la verdad está en posesión nuestra y que no puede esperar 250 años. Tanto más doloroso es que se me ha quitado con violencia mi libro. Amo este libro como un padre ama a sus hijos.
Robarme mi libro es como robarle a un padre su hijo.
Ya ha pasado un año y no sé si existe todavía mi libro, si se lo ha guardado o si tal vez ya haya sido destruido o quemado.
Si mi libro es una mentira, que se lo cuente a los que quieren leerlo. Si es calumnia, que se lo diga. ¡Que los ciudadanos soviéticos, los lectores soviéticos, para quienes estoy escribiendo desde hace treinta años, juzguen acerca de lo que es verdad y lo que es mentira en mi libro!
Le ruego poner en libertad a mi libro. No hay sentido ni verdad en mi actual situación, en mi libertad física, mientras el libro al que he dado mi vida se encuentra encarcelado. Por fin, lo he escrito, no me he distanciado de él y no lo haré.
Hace doce años empecé a trabajar en este libro. Sigo creyendo que he escrito la verdad, por amor y compasión, porque creo en los hombres. Le ruego una vez más poner en libertad a mi libro.

Acerca de Vida y destino.
Carta a Jruschov, febrero de 1962

*

"No hace mucho tiempo, poco después de la Gran Guerra Patriótica, se instalaron peines de acero bajo el fondo de los vagones de cola. Si durante el trayecto un detenido desmonta el suelo y se lanza de plano sobre las vías, el peine lo agarrará, lo estirará y lo arrojará bajo las ruedas. ¡Ni para ti ni para mí! Para los que después de romper el techo del vagón se encaraman a él, han instalado proyectores que, como puñales, atraviesan las tinieblas, desde la locomotora hasta el último vagón; y la ametralladora que vela el convoy sabe qué tiene que hacer si un hombre corre sobre el techo… Sí, todo evoluciona. La economía del convoy ha cristalizado. Está todo: al valor añadido, el bienestar de los oficiales del convoy en su vagón de estado mayor, la reducción de las raciones de los detenidos y de los perros, la compensación del traslado calculada en función de los sesenta días de trayecto del convoy hacia los campos de la Siberia Oriental, la circulación de mercancías en el interior de los vagones, la feroz acumulación primitiva y la pauperización paralela. Sí, todo fluye, todo muta, nadie entra dos veces en el mismo convoy."
Grossman, Todo fluye

Fragmento

domingo, 26 de junio de 2011

El cuarteto de Alejandría




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“Otra vez hay mar gruesa, y el viento sopla en ráfagas excitantes: en pleno invierno se sienten ya los anticipos de la primavera. Un cielo nacarado, caliente y límpido hasta mediodía, grillos en los rincones umbrosos, y ahora el viento penetrando en los grandes plátanos, escudriñándolos...
Me he refugiado en esta isla con algunos libros y la niña, la hija de Melissa. No sé por qué empleo la palabra "refugiado". Los isleños dicen bromeando que solamente un enfermo puede elegir este lugar perdido para restablecerse. Bueno, digamos, si se prefiere, que he venido aquí para curarme...
De noche, cuando el viento brama y la niña duerme apaciblemente en su camita de madera junto a la chimenea resonante, enciendo una lámpara y doy vueltas en la habitación pensando en mis amigos, en Justine y Nessim, en Melissa y Balthazar. Retrocedo paso a paso en el camino del recuerdo para llegar a la ciudad donde vivimos todos un lapso tan breve, la ciudad que se sirvió de nosotros como si fuéramos su flora, que nos envolvió en conflictos que eran suyos y creíamos equivocadamente nuestros, la amada Alejandría.
¡He tenido que venir tan lejos para comprenderlo todo! En este desolado promontorio que Arcturo arranca noche a noche de las tinieblas, lejos del polvo calcinado de aquellas tardes de verano, veo al fin que ni niguno de nosotros puede ser juzgado por lo que ocurrió entonces. La ciudad es la que debe ser juzgada, aunque seamos sus hijos quienes paguemos el precio.
En esencia, ¿qué es esa ciudad, la nuestra? ¿Qué resume la palabra Alejandría? Evoca en seguida innumerables calles donde se arremolina el polvo. Hoy es de las moscas y los mendigos, y entre ambas especies de todos aquellos que llevan una existencia vicaria.
Cinco razas, cinco lenguas, una docena de religiones; el reflejo de cinco flotas en el agua grasienta, más allá de la escollera. Pero hay más de cinco sexos y sólo el griego del pueblo parece capaz de distinguirlos. La mercadería sexual al alcance de la mano es desconcertante por su variedad y profusión. Es imposible confundir a Alejandría con un lugar placentero. Los amantes simbólicos del mundo helénico son sustituídos por algo distinto, algo sutilmente andrógino, dulce anarquía del cuerpo, porque ha ido más allá del cuerpo. Nessim dijo una vez, recuerdo -y creo que lo había leído en alguna parte-, que Alejandría es el más grande lagar del amor; escapan de él los enfermos, los solitarios, los profesores, es decir, todos los que han sidos profundamente heridos en su sexo.”

Fragmento

sábado, 25 de junio de 2011

Fecha límite: 2016





"El pasado 1 de mayo, en el downtown de Los Ángeles, el domingo por la tarde transcurría con la peculiar rutina -esa mezcla de pesadez del aire y lentitud de las horas- con que transcurren los domingos por la tarde en todas las ciudades del mundo, aunque con un ingrediente propio: los diversos elementos del paisaje urbano conformaban un escenario que ya se acercaba mucho al proporcionado por la película Blade runner. Es explicable, pensé, pues al fin y al cabo no faltan tantos años para llegar al 2019 del filme, y muchos estamos de acuerdo en que Blade Runner fue una de las más acertadas aproximaciones al futuro que se hicieron en el siglo XX. Únicamente ocho años antes de llegar a la fecha señalada. Es verdad que no hay replicantes, ni coches voladores, ni audaces expediciones espaciales (...); sin embargo, en nuestro mundo se perfila con creciente nitidez aquella confusión de lenguas, de razas, de arquitecturas, aquella combinación de sofisticación tecnológica y pobreza espiritual, de experimentos científicos ilimitados y carencias morales también ilimitadas."

RAFAEL ARGULLOL | EL PAÍS - Opinión - 24-05-2011


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Wir Kinder vom Bahnhof Zoo














Fragmento

lunes, 20 de junio de 2011

Ready let's go

Fragmento

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